Cada una de las organizaciones tiene objetivos que son trazados a comienzo de cada año o de cada temporada. Para poder lograrlos se implementan diversos métodos, ya sea el que sea crea más conveniente, o bien, el que vaya de la mano con la idiosincrasia de la empresa en cuestión.
Esto hace que el área correspondiente intente descubrir qué será lo mejor ante estos casos, y es ante tal circunstancia que muchas de ellas optan por llevar adelante una administración por objetivos, con el fin de que las diferentes partes puedan complementarse para alcanzar lo planificado previamente, manteniéndose siempre motivados durante el proceso.
La estrategia a la que se hace alusión tiene casi 70 años desde su creación y aún sigue destacándose, lo cual nos hace reflexionar sobre que, a pesar de los grandes avances y la globalización, hay cuestiones que aún siguen manteniéndose vigentes.
En simultáneo, esto requerirá de una evaluación de desempeño para saber cómo potenciar y fortalecer al máximo lo que el grupo laboral tiene por ofrecerle a la empresa a la cual pertenece.
Administración por objetivos. ¿Qué es y cuándo se empezó a implementar?
Esta metodología de trabajo está basada en el cumplimiento de objetivos pequeños objetivos hasta finalmente llegar a la gran meta trazada con anterioridad. Es decir, que se podría ir hablando de niveles que se van alcanzando hasta lograr el más alto.
A su vez, cabe destacar que la administración por objetivos busca que los empleados estén constantemente motivados mientras les toca afrontar un proceso laboral en el que tendrá que dar lo mejor de sí. Es por eso que, para poder sostener ese entusiasmo, este sistema reparte premios y/o reconocimientos a quienes llegan a determinadas metas.
Esto quiere decir que, de este modo, las personas tendrán un plus al momento de pensar en su tarea diaria, ya que querrán destacarse mientras también afrontan una competencia paralela con sus pares, pero sin perder de vista que luchan por lo mismo.
Ahora ya sabemos qué es la administración por objetivos, pero muchos se deben preguntar cómo o de dónde surgió. Lo concreto es que se creó a principios de los años ’50 en los Estados Unidos y se popularizó a través de la obra “The practice of managament” de Peter Drucker, que fue publicada en 1954.
Desde entonces se volvió reconocida y ha cambiado la manera de ver las cosas por empresas de todo el mundo que buscan optimizar sus recursos.
Las ventajas de la administración por objetivos
Este método se caracteriza por tener objetivos individuales de cada empleado que, en simultáneo, se alinean con los mismos que tiene la empresa. Esto lleva a que las metas se complementen y se vuelvan objetivos conjuntos que tienen ambas partes para intentar cumplir en un corto o mediano plazo, ya que este sistema funciona con esos tiempos.
También permitirá que exista una mayor adaptabilidad a los cambios por parte del personal, para que puedan estar en sintonía con lo que requieren los clientes, pudiendo evaluar y ajustar los detalles que sean necesarios.
Sabiendo todo esto, hay que añadir que el punto principal es que se fijan objetivos posibles y claros, es decir, que se apuntan a fines que son realmente viables. Esto hace que quienes estén involucrados en un determinado proyecto laboral sepan cómo deberán desempeñarse para contribuir con el éxito de la organización.
Mientras tanto, se mejora la comunicación interna, ya que todos deberán interactuar entre sí para saber de qué modo se afrontará la problemática a resolver o el desafío que se intentará lograr. Lo mismo sucederá con la colaboración, porque se necesitará del trabajo colectivo.
Todo esto llevará a que la eficacia laboral mejore considerablemente debido a que todas las partes estarán involucradas en la meta a alcanzar.
Lo cierto es que una vez que el o los objetivos estén definidos, será momento de comunicárselo a los colaboradores para que luego pasen al plan de acción. Mientras el personal se desempeña y vuelca todos sus conocimientos en el campo, habrá un sistema de seguimiento y evaluación que permitirá saber si todo marcha tal lo acordado o si hubo cambios o imprevistos.