Se puede definir el desarrollo empresarial como un proceso de mejora que experimenta toda compañía a lo largo de su gestión. Este se basa en el fortalecimiento de las habilidades de los trabajadores y la capacidad que tienen para lograr un manejo eficiente de los recursos de la empresa para mejorar su productividad y lograr el crecimiento y éxito deseado.
Las organizaciones que implementan procesos para identificar, potenciar y recompensar el talento de sus empleados pueden ser más efectivas y obtener mejores resultados corporativos. Por ello, definitivamente el capital humano se convierte en un elemento diferenciador de las compañías, el cual, de igual manera, requiere ser parte de una estrategia de gestión en todas las áreas para cumplir los objetivos globales.
De hecho, y como mejores prácticas para gestionar el talento corporativo, las empresas pueden comenzar por realizar un análisis que les permita identificar las capacidades, rendimiento y potencial de cada empleado, verificando que se encuentren bien ubicados dentro de la organización y en una posición que les permita potenciar toda su capacidad laboral. De igual manera, es importante proveer los recursos necesarios para que cada persona pueda tener a su disposición las mejores herramientas para ejercer su rol y aumentar su productividad. Para que todas estas prácticas en la gestión del talento humano cumplan su cometido, es importante empoderar al empleado y hacerlo partícipe en las estrategias de la compañía para el cumplimiento de las metas estipuladas. Un equipo de trabajadores comprometidos y motivados es capaz de lograr metas más ambiciosas, dentro de un entorno de trabajo positivo y agradable que contribuya en aumentar su satisfacción y lealtad frente a la compañía, repercutiendo en la calidad de su trabajo.
Sin embargo, y aunque los trabajadores son esenciales para el crecimiento empresarial, existen otros jugadores clave para el logro de los objetivos de una empresa como son los clientes y colaboradores. Los clientes son el motor de cualquier empresa, ya que sin ellos no habría demanda de los productos o servicios que se ofrecen. Por ello, es fundamental conocer sus necesidades, comentarios y peticiones frente al servicio prestado para facilitar el camino a la fidelización. Una compañía que cuenta con clientes leales tendrá una mayor probabilidad de crecimiento y expansión, ya que estos estarán dispuestos a recomendar la empresa y a volver a hacer negocios con ella en el futuro, cuantas veces sea necesario.
Los colaboradores externos también pueden ser de gran ayuda para el crecimiento de una empresa, dentro de los cuales se pueden incluir proveedores, socios comerciales y otros negocios con los que la empresa coopere para ofrecer productos o servicios a sus clientes. Las buenas relaciones que se tengan con ellos pueden ser beneficiosas en la medida en que se proporcionen apoyos adicionales para que la empresa pueda cumplir sus metas corporativas y llegar a nuevos mercados o a expandirse en su área de negocio actual.
Finalmente, es importante no olvidar otros factores importantes que pueden incidir en el éxito de una empresa como lo son invertir en tecnología, posicionar la marca en medios digitales, considerar todos los detalles de los procesos y operaciones de la empresa, contar con una excelente gestión en las finanzas, tener metas claras y medibles, entre muchos otros.